¡Como se puede leer en cualquier enciclopedia medicinal, los frutos secos son buenos para la salud!

 
Los griegos los comen porque les gustan y porque siempre han dispuesto de ellos abundantemente. Las grandes diferencias climáticas que hay entre los diversos territorios: islas, llanuras y montañas, hacen que Grecia tenga una gran variedad de frutos secos: nueces, almendras, avellanas y pistachos. 
 
 
Las nueces, por ejemplo, en forma natural o en recetas diversas, como los dulces, forman parte integral de la alimentación griega; y sin despreciar la calidad del resto de frutos secos, los pistachos son muy conocidos y merecen una mención aparte.
 
Cuando hablamos de pistachos pensamos en Egina, una isla situada en el golfo Sarónico al sur de Atenas, donde la insolación y el clima general les dan un sabor y un ároma únicos. El pistacho se cultiva en Egina desde 1860 y desde allí se ha extendido al Ática y al resto de Grecia. 
 
Los productores locales estan bien organizados, controlan su producto final y se imponen normas para mantener una alta calidad del producto. 
 
Ligeramente salado y asado, el pistacho de Egina tiene un color rojizo y un sabor delicioso, superior a todos los pistachos que podáis haber comido hasta ahora. 
 
Desde 1996, el pistacho de Egina está reconocido como una marca con denominación de origen. 
 
 

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