Con motivo del Bicentenario de la Guerra de la Independencia griega, el Museo del Louvre de París presenta la exposición “París-Atenas: El nacimiento de la Grecia moderna, 1675-1919”, que pretende destacar «los lazos culturales, diplomáticos y artísticos entre Grecia y Francia y mostrar cómo el redescubrimiento de la antigüedad griega cambió la visión europea de Grecia».
 
 
La exposición, que estará abierta del 30 de septiembre de 2021 al 7 de febrero de 2022, está organizada por Marina Lambraki Plaka, directora de la Pinacoteca Nacional-Museo Alexandros Soutzos de Atenas, Anastasia Lazaridou, jefa de la Dirección de Museos Arqueológicos, Exposiciones y Programas Educativos del Ministerio de Cultura y Deporte de Grecia, y Jean-Luc Martinez, presidente-director del Louvre, con la asistencia de Débora Guillon.
 
La exposición se inspira en el descubrimiento del territorio griego -entonces provincia otomana- en los siglos XVII y XVIII por parte de los primeros viajeros y embajadores que se dirigían a la Sublime Puerta, que se convirtió en un destino atractivo, aunque peligroso, para artistas e intelectuales. La ola del filohelenismo pronto se extendería por toda Europa y la Revolución Griega, que estalló en 1821, sería apoyada con entusiasmo por gran parte de la población europea.
 
Grecia fue reconocida oficialmente como Estado en 1830 y Atenas se convirtió en su nueva capital en 1834. El neoclasicismo, movimiento predominante en el arte y la arquitectura de la época, que se inspiraba en la cultura de la antigüedad clásica, configuró a su vez la identidad cultural moderna de Grecia, tal y como ejemplifican los grandes edificios monumentales erigidos en la Atenas del siglo XIX y principios del XX.
 
El interés de los franceses, alemanes y británicos por la antigua Grecia también se vio corroborado por la creación de institutos arqueológicos, como la Escuela Francesa de Atenas en 1846, que fue pionera en los importantes descubrimientos arqueológicos posteriores. Fue en esa época cuando se realizaron muchos descubrimientos arqueológicos importantes, como las grandes excavaciones en la isla de Delos, en el emplazamiento de la antigua Delfos y en la Acrópolis.
 
En esa misma época -a finales del siglo XIX- y gracias a una serie de exposiciones mundiales, los artistas griegos también tuvieron la oportunidad de mostrar la producción cultural contemporánea del país, dejando entrever la identidad griega moderna. La exposición pretende combinar la historia de la arqueología con la historia de la evolución del Estado griego moderno y el arte creado en él.
 
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Así, la fecha de 2021 sirve no sólo para rendir homenaje al bicentenario de la lucha por la independencia del país, sino también para conmemorar la introducción en el Louvre de la célebre Venus de Milo. Descubierta en 1820 por un campesino griego en la isla de Milos, la estatua fue comprada por un diplomático francés y transportada a Francia. Al año siguiente fue expuesta en el Louvre, y desde entonces se ha convertido en una de las exposiciones más emblemáticas del museo y en una de las obras de arte más famosas de la historia.
 
El cuadro utilizado para el cartel de la exposición se titula “Atardecer ateniense o en la terraza”, creado en 1897 por el artista griego Iakovos Rizos (1849 – 1926), conocido como Jacques Rizo. Nacido en Atenas en el seno de una familia acomodada, Rizos marchó a París, donde estudió en la École des Beaux Arts, y permaneció allí el resto de su vida. Expuso en varios salones parisinos y participó en la exposición de París de 1878 y en la de 1900. En esta última recibió una medalla de plata por su Atardecer ateniense. La obra es un notable ejemplo de la yuxtaposición de la sofisticada vida urbana con la pasada grandeza de Grecia. Hoy forma parte de la Colección Coutlides de la Pinacoteca Nacional.
 
Texto original en inglés vía Greek News Agenda
 
Trad. C.P.
 
 

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