Considerada como la estación meteorológica más antigua del mundo, la Torre de los Vientos de Plaka, acaba de abrirse al público y a la comunidad científica, por primera vez en su historia contemporánea, tras ser acabadas las obras de  restauración. Se trata del célebre Horologion (reloj) de Andrónico de Cirro, sito en el recinto arqueológico del Ágora romana, al lado del barrio emblemático de Plaka.
 
Es un precioso monumento construido por el arquitecto y astrónomo griego Andrónico de Cirro (Macedonia), en la primera mitad del siglo I a. C. Se desconocen las razones por las que fue ubicado en el Ágora romana; tampoco se sabe quién financió su construcción. Sin embargo, lo que se sabe a ciencia exacta  -ya que así lo confirman los estudios científicos- es que se trataba de una especie de estación meteorológica de la época que, además, calculaba la hora. En aquel entonces, era muy importante para los mercaderes saber la hora y dirección de los vientos para así poder calcular el tiempo de llegada de sus productos a su destino.
 
El Horοlogion de Andónico, conocido popularmente como la Torre de los Vientos, es una torre de planta octagonal de 13,5 metros de altura, asentada sobre una base de tres peldaños.  Está enteramente construido de mármol blanco de Penteli y cuenta con un techo en forma cónica, un anexo cilíndrico sobre el flanco sur y dos propíleos cubiertos de dos columnas corintias cada uno a modo de entrada al NE y al NO respectivamente. Los propileos de entrada ya no existen, como tampoco se conserva la veleta en forma de Tritón que había sobre su techo. 
 
En la parte superior de cada uno de los ocho lados hay ocho bajorrelieves donde se han esculpido figuras masculinas aladas que representan  los
ocho vientos principales con sus símbolos. Desde el Norte tenemos el Bóreas, desde el Sur el Notos, del Este y el Oeste el Apeliotis y el Céfiro respectivamente. En los puntos intermedios se ubican en el NE el Kaikias, en el SE el Euro y del SO el Lips completando desde el NO el Skiron. Debajo de los vientos se cree que estaban colocados los relojes solares del monumento. En su interior había un reloj hidráulico o clepsidra que calculaba la hora en los días sin sol y durante las noches.
 
Con el paso del tiempo se dejan al lado sus funciones primitivas que  incluían un templo dedicado a Eolo, dios de los vientos. Así, en el período cristiano temprano, la torre es convertida en iglesia o en baptisterio (gracias a su forma octagonal) de una iglesia adyacente, mientras que el área colindante es utilizada como cementerio cristiano. Durante la época bizantina pasa a ser campanario de una iglesia, mientras que los otomanos, desde finales del siglo XVII, le dan usos religiosos musulmanes, convirtiéndolo en un teké de los derviches. A comienzos del siglo XIX, la torre se hallaba parcialmente enterrada. Fue excavada por la Sociedad Arqueológica de Atenas entre 1837 y 1845.
Desde el pasado mes de agosto está abierto al público por primera vez en la historia contemporánea.
 

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