Es bien conocida la belleza del paisaje griego, pero este conocimiento se limita más bien en sus islas y playas, el mar y su resplandeciente sol, siendo casi desconocido su paisaje continental.

Sin embargo, su relieve montañoso cubre casi el 70% de su superficie total; un relieve de altura considerable que consta de largas cordilleras, sierras, mesetas, parques naturales y donde nacen los mayores ríos de Grecia. Algunos de ellos son de gran caudal y de flujo enérgico, formando bellas y espectaculares cascadas que son unos verdaderos monumentos naturales. Más de cien de esas joyas naturales jalonan la geografía nacional, brindando oportunidades extraordinarias a los fotógrafos y sensaciones únicas a los amantes de la naturaleza. Y para compartir estas sensaciones, aunque sea mentalmente, les proponemos que exploremos juntos estos rincones bellos y ocultos que merecen la pena más de una escapada:

 

Cascadas Karanós y Diplós en Édesa

Situada en Édesa, ciudad de la región griega de Macedonia Central, es la más famosa de todo el país, atrayendo a muchos visitantes para admirar un escenario verdaderamente mágico. Karanós “la cascada grande” y Diplós o Dijalotós (cascada doble o bifurcada), junto a la cueva adyacente, demuestran cómo la naturaleza puede ser al mismo tiempo salvaje y emocionante, espectacular y accesible, impresionate y conmovedora. Con su salto de 70 metros, el agua termina en el río Edeseos creando una imagen majestuosa.

Cascada del Neda en Mesinía

En la frontera entre las provincias del Peloponeso, Mesinía e Ilía, al sur de la Antigua Olimpia, el cañón y la cascada del río Neda son un auténtico paraíso escondido. Neda era una ninfa de la mitología griega, diosa de las aguas, y a ella debe el río su actual nombre. Fluye por el interior de un cañón y a lo largo de su curso está bordeado por una espesa y variada vegetación de pinos, encinas, higuos chumbos, madreselvas, laureles, sauces y robles, creando un paisaje literalmente fascinante. El río desemboca en un estanque natural que es salpicado por un salto de agua de 60 metros de altura. Los visitantes pueden llegar al estanque a pie siguiendo el curso del río bajo la frondosa sombra del bosque. En algunas partes la garganta es realmente muy estrecha por lo que hay que mojarse bien o nadar algunos metros hasta llegar a la piscina natural, la cual nos recompensa con sus aguas transparentes y su maravislloso entorno.

Pantavreji en Karpenisi

Pantavreji está cerca de la cuidad de Karpenisi en la región montañosa de Evritanía. Pantavrehi (que en griego significa “siempre llueve”) no es exactamente una garganta ni una cascada. El agua cae por todas partes y forma pequeños lagos preciosos. Cuando está soleado es muy frecuente el fenómeno del arco iris que transforma el paisaje en un escenario encantador. Alrededor se forman pequeños lagos cuyas aguas impolutas han sido distinguidas con varios galardones europeos.

Livaditis en Xanthi

A siete kilómetros de la aldea Livaditis en Xanthi, región de Tracia, está ubicada la homónima cascada que cae de 60 metros de altura; es considerada la más alta en los Balcanes. Su agua está muy fría aunque eso no impide los más valientes darse chapuzones en ella.

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El cañón de Polilímnio en Mesinía

¡Un pequeño paraíso verde en el Peloponeso, cerca de la provincia de Mesinía! Deambulando por un sendero de densa vegetación y pintorescos puentes de madera, los visitantes se encuentran en un paraíso oculto con varios lagos y muchas cascadas, en medio de enormes olivares y viñedos. Quince lagos, por mucho tiempo desconocidos, se abrieron recientemente al público que acude masivamente a difrutar de este lugar único.

Kremastó neró en Grevená

A los pies de la montaña Smólikas en Grevená, en la región de Macedonia Occidental, está situada una de las cascadas más anchas de Grecia, Kremastó neró (agua colgada). Las aguas de la cascada se precipitan en una cañada abrupta llamada Skotina. Es imposible acceder a la punta más alta de la cascada.

Skepasmeno en Kozani

En Velventó, una ciudad pequeña en la región de Macedonia Occidental se encuentra el desfiladero de las Nueve Musas de la montaña de Piéria o “Skepasmeno” que en griego significa “cubierto”. Es un paisaje único de belleza indudable, jalonado de cascadas, lagos naturales, plátanos silvestres, fuentes de agua helada y rocas impresionantes. Se puede gozar de la visión de la triple cascada de 25 metros de caída, desde el recientemente construido mirador de madera.

Drimonas en Eubea

La cascada de Drimonas en la parte norte de Eubea es fruto de un salto de 15 metros de altura, de donde el agua cae impetuosamente en un lago de aguas cristalinas, rodeado por rocas y bosques. El lago presenta un alto valor ecológico por su densa vegetación de abetos y pinos. Las cascadas se reparten en otras más pequeños creando un lugar mágico que encantará al visitante.

Lepida en Drama

Lepida (cuchilla en griego) está cerca de la ciudad de Paranesti en Drama. La montaña, el bosque, el río Nestos y la fauna salvaje de la zona crean un espacio que combina la aventura con la relajación. Los senderos por medio de los extensos bosques de hayas y robles crean un ambiente de cuento.

Cascada de Sudas en Tzumerca

La cascada de Sudas es el emblema de la aldea Teodóriana, en medio del parque natural de la montaña Tzumerka, al noroeste de Grecia. Es un salto de agua bifurcado, de 25 metros de altura, en un entorno serrano de gran atractivo paisajístico.

Cascada Dimosari en la isla de Lefkada

Aunque ubicada a cuatro kilómetros del mar, al lado de la zona más cosmopolita de Nidrí, la tranquilidad y belleza del paisaje es impresionante. La cascada se forma en el barranco de Dimosari y, tras su caída libre, las aguas atraviesan el campo de Nidrí desembocando en el mar. Es el más importante atractivo natural de la isla y fácilmente accesible, sin tener que andar mucho.

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Vathres en Samotracia

La isla de Samotracia está llena de rios y arroyos de aguas cristalinas que nacen en el Monte Saos y desembocan al mar. Numerosas cascadas crean las famosas «vathres«, pequeños lagos naturales, con pedruscos de color blanco. Las vathres del rio Tsivdogiannis , donde empieza el sendero hacia el monte Feggari (la luna), son las más populares.

Neraida en la isla de Citera

El visitante de la encantadora isla de Citera es obligatorio detenerse en la cascada de Neraida (hada) o Fónisa (la asesina). El agua cae de 65 metros de altura formando un precioso lago de color verde enmarcado en un paisaje idílico donde destacan los molinos de viento, lagos y pintorescos puentes.

Cascada Mankatsa en Lesbos

A treinta kilómetros de Mitilene, hacia el norte de la isla, se encuentra el foso de Mankatsa con su cascada de 12 m de altura y una profundidad de 1,5 metros. Las enormes rocas oscuras, de unos 15-20 metros de altura, captan la atención del visitante estimulando su asombro y admiración.

Ninfes en Corfú

Cerca de la hermosa aldea Ninfes de la isla de Corfú, los visitantes pueden contemplar las cascadas donde, según la mitología, las Ninfas de la región tomaban su baño. Es aconsejable acercarse en primavera después de las lluvias, pues el calor de verano deja el paraje completamente en seco.

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