Con una visita guiada abrió hace casi una semana sus puertas al público el templo de la Madre de los Dioses, tras haber sido concluidos sus trabajos de restauración.

Ubicado en Lefkópetra, a 15 kilómetros de la ciudad macedonia de Veria, el templo data del siglo II de nuestra y era dedicado a la Madre de los Dioses denominada Autóctona, una de las divinidades más significativas para los macedonios. Se erige en medio de un paraje de singular belleza natural, con vistas maravillosas hacia el río Aliacmon y la mítica montaña de Pieria, y es visto desde la autopista Egnatía.

Según el arqueólogo Yanis Grekós, es un templo típicamente clásico que se divide en tres partes con cuatro columnas. Las excavaciones empezaron por el arqueólogo Fotis Petsas a finales de los ´50, tras la localización casual de unos hallazgos en el marco de las obras de construcción de una carretera local. Sin embargo, el templo salió a la luz en 1965 y las primeras medidas que registró Fotis Petsas corresponden a una longitud de 14,70 metros aunque las investigaciones posteriores extienden su espacio interior a los 24 metros. Se han encontrado fragmentos dispersos de la estatua de la Madre de los Dioses pero no son suficientes para reconstruirla y poder dar una imagen exacta de la misma. La Madre de los dioses se identifica con Cibeles, una divinidad frigia, hija del Cielo y de la Tierra. En sus representaciones se presenta como reina con una corona en forma de torres, sentada entre dos leones o sobre un carro tirado por leones, y su culto tenia un carácter orgiástico. Particular interés presenta el descubrimiento de 1000 inscripciones, la mayoría de ellas dedicadas a la liberación de esclavos; también tenemos un fragmento de una mano en mármol sujetando un tambor que se presume que pertenece a la estatua de la Madre de los Dioses.

Era una divinidad muy importante en el reino de Macedonia y su adoración siguió vigente por mucho tiempo después del fin de este. En Lefkópetra han sido hallados muchos ídolos de cerámica; uno de ellos lleva una corona en forma de muralla y tras su completa rehabilitación ha sido identificado con el busto de la Madre de los Dioses.

Las columnas en la fachada del temlo que soportan el edificio han sido reemplazadas por unas copias, ya que las originales se guardan en el Museo Arqueológico de Veria junto al altar y los exvotos. La utilización de copias ha sido considerada necesaria para proteger las columnas originales de las inclemencias del tiempo y, también, disuadir posibles robos o actos de vandalismo. El tema causó divergencias entre los arqueólogos pero, como dijo el profesor de arquitectura y restaurador del templo, Yorgos Karadedos, “un monumento a parte de su valor histórico es, también, una obra de arte”.

La visita guiada al recinto arqueológico pasa por la Tumba de los Antemios, por el teatro y el Ninfeon de Míeza donde se encontraba la Escuela de Aristóteles.

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