En el último mes, Greek News Agenda, la publicación-hermana de Panorama Griego, publicó las entrevistas de Mirsolav Grchev y Slobodan Unkovski, dos intelectuales provenientes de la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Ambos no se han limitado solo a su arte, también se han involucrado activamente en la política de su país. Grchev y Unkovski platican sobre el acuerdo de Prespa entre ARYM y Grecia que intenta resolver el “problema macedonio” y exponen sus opiniones sobre el diálogo y el acercamiento cultural. El Panorama Griego reproduce unos de los extractos más interesantes de las dos entrevistas*.

Miroslav Grchev (1955) es arquitecto, profesor de la Facultad de Arquitectura la Universidad de San Cirilo y Metodio en Skopie, humorista gráfico, diseñador y escritor. Grchev es conocido por haber diseñado la bandera actual de la ARYM. De 1996 a 2000 fue alcalde del municipio central de Skopie «Centar» con el partido Unión Socialdemócrata de Macedonia (SDSM). Ha sido uno de los críticos más ardientes de la política de «antiquización» que ha sido implementada a través del planeamiento urbanístico «Skopje 2014«. En su entrevista con Greek News Agenda, Miroslav Grchev habla a favor del acuerdo firmado en Prespa,rechaza las prácticas de construcción de identidad nacional impuestas por el antiguo gobierno del VMRO y sostiene que la simetría de las reacciones negativas observadas en ambos lados de la frontera es una prueba del alto nivel de calidad del acuerdo.

¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo de Prespa?

Creo que el acuerdo de Prespa es un raro ejemplo de solución elegante y racional de una disputa engorrosa e irracional y parece que desatará un nudo concebido para que no se desate nunca. El problema, tal como fue creado, está entretejido con hilos irracionales de mitos, etnogénesis, identidades culturales, dolorosos recuerdos de tragedias históricas y muchos otros hilos de índole irracional y emocional. Bajo tales circunstancias, la línea elegante que se dibuja en el acuerdo deja de lado los viejos desacuerdos e irradia no solo buena voluntad, sino también una buena estética diplomática, maestría y sabiduría.

Teniendo en cuenta la crisis del proyecto europeo ¿Es el proceso de integración en la UE una perspectiva lo suficientemente emocionante como para movilizar a la opinión pública a favor del acuerdo?

Ya hace mucho que Macedonia ha estado hundiéndose en una crisis – no solamente económica. En la última década, la crisis se ha convertido en una enfermedad autoinmune que afecta a toda la sociedad, así que no creo que las nubes negras que se ciernen sobre el proyecto europeo puedan influir negativamente la actitud pro-europea de nuestros ciudadanos. En la década de la mafiocracia fascistoide de VMRO-DPMNE, la integración euroatlántica se convirtió en el único horizonte de esperanza para la mayoría de los ciudadanos macedonios.

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Los primeros ministros y los ministros de asuntos exteriores de ARYM y Grecia tras la firma del acuerdo de Prespa, el 17 de junio 2018

Un tema muy sensible incluido en el acuerdo es la delineación de qué pertenece a la cultura eslava y qué a la cultura helénica. ¿Puede un acuerdo que puntualiza las diferencias, fomentar el acercamiento y el diálogo cultural?

En mi opinión, la sabiduría del acuerdo se basa exactamente en este énfasis en las diversidades. La yuxtaposición de nuestras entidades culturales, étnicas y estatales es la verdadera base para construir un espíritu de amistad, cooperación y solidaridad. La esencia del «problema macedonio» se ha mantenido durante más de un siglo precisamente a causa de la superposición; la superposición de proyecciones de intereses estatales y nacionales sobre el mismo pedazo de tierra: la región de Macedonia. Estos intereses estatales superpuestos están tras muchas de las tragedias históricas y humanas de la espantosa primera mitad del siglo XX, y los recuerdos de estas tragedias no han dejado de envenenar las almas humanas. Mirar hacia atrás en el pasado con ojos inyectados de sangre y con la visión borrosa por las emociones, siempre ha sido inspiración y combustible para los sentimientos ultranacionalistas. El estado mental del ultranacionalista siempre proviene de la victimización de su propio pueblo y de la creación de un peligro mortal que amenaza a su nación. Este temor se instrumentaliza fácilmente en el odio hacia el otro: en casa, uno se considera traidor y en el extranjero, enemigo. Para ellos, cada compromiso significa capitulación ya que siempre están en guerra santa contra todos. Por lo tanto, el enfoque del acuerdo de Prespa sobre la diversidad es acertado y deja a los falsos patriotas sin combustible. En cambio, representa un canal de contacto cálido y amistoso para las personas de pensamiento positivo.

UnkovskiSlobodan Unkovski (Skopie, 1948) es director de teatro. También enseña actuación y dirección teatral. Ha organizado muchas actuaciones en la antigua Yugoslavia, Rusia, Italia, Suecia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos. El público griego lo conoció cuando dirigió La cuarta hermana y El Rey Lear para el Teatro Nacional de Grecia en Atenas y Orestes para el Teatro Nacional de Grecia del Norte en Thessaloniki y el Festival de Atenas y Epidauro. De 1996 a 1998 fue Ministro de Cultura en la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Según Slobodan Unkovsky, el acuerdo de Prespa ofrece una posibilidad de conclusión a dramas de larga duración. Admite que los dos pueblos se desconocen mutuamente y propone medidas concretas para un genuino acercamiento de las culturas. Insta a los gobiernos e intelectuales de ambos lados a surfear la ola de sentimientos positivos vinculados a este momento especial de la historia, mientras jura fidelidad a su patria verdadera, el teatro.  

¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo de Prespa?

Creo sinceramente que el acuerdo de Prespa es de inmensa importancia para nuestros dos países. El enredo, en el cual las conversaciones anteriores habían terminado, hizo que la disputa sobre el nombre pareciera un nudo inextricable similar al que Alejandro Magno tuvo que cortar con su espada. Encontrar una solución a esta disputa resultó ser una tarea particularmente difícil, que puede afectar la estabilidad interna de los dos países y que, obviamente, pone en peligro las carreras políticas de quienes intentan cortar el nudo.

El acuerdo de Prespa no solo ofrece una posibilidad de catarsis después de treinta años de conflicto y una oportunidad para una normalización genuina de las relaciones bilaterales, sino también, en mi opinión, una catarsis invisible y tardía de ciertos aspectos del destino de las personas afectadas por la Guerra Civil griega que causó gran sufrimiento a la población eslava y a sus innumerables víctimas en el norte de Grecia / Macedonia del Mar Egeo. Parece que Syriza y el SDSM, los sucesores de los partidos comunistas de los dos países, tienen el coraje necesario para encontrar una solución “todos ganan” que satisfaga a ambas partes -sin temer arriesgar su propio futuro político o sus propias vidas- construyendo así un nuevo espíritu de comunicación y cooperación en los Balcanes.

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Slobodan Unkovski con el antiguo Presidente de la República Helenica Cárolos Papúlias

Usted, como intelectual, pero también como alguien que ha sido Ministro de Cultura ¿Podría proponer medidas para  fomentar  la confianza en el ámbito de la cultura y que los dos países podrían adoptar en un futuro próximo para mejorar la comprensión mutua y promover el diálogo cultural?

Los dos pueblos nos desconocemos mutuamente, y diría que la mayor parte de la opinión pública en ambos países se basa todavía en estereotipos y prejuicios. Esto no puede cambiar de la noche a la mañana y no sería realista esperar que todas las cuestiones abiertas y los traumas acumulados a lo largo de los años se dejen de lado inmediatamente gracias al acuerdo de Prespa. Sin embargo, este acuerdo sí que abre un nuevo camino para mejorar las relaciones entre los dos países pero, aún más importante, se crean las condiciones previas para un nuevo comienzo en todas las áreas. Fomentar la confianza es sin duda de suma importancia, y el hecho de que ahora estemos pensando en lo que vendrá después, en el futuro, es un logro tremendo, aún más porque sabemos que los Balcanes son propensos al caos y a la inseguridad, y que el pensamiento racional siempre se recibe con desprecio y está marcado como traición. Esto no significa que el pasado y especialmente el pasado reciente del siglo XX deban olvidarse. Sin embargo, las nuevas circunstancias facilitarán la discusión de esos temas.

Podría enumerar docenas de medidas que podrían generar una mejor comunicación entre nuestros dos países: intercambio en todos los niveles de la actividad cultural, aprender sobre la historia y la vida del otro, dedicar conferencias al estudio de los momentos oscuros de la historia, organizar programas para alumnos y universitarios, abrir las universidades de ambos países para estudios, organizar presentaciones de cultura tradicional y popular, fomentar el intercambio de participantes en festivales de verano, los encuentros deportivos -con todos los riesgos que eso conlleva- el turismo, la producción de documentales y más. En cuanto a las empresas, nunca les ha molestado el nombre del país donde se venden y donde se compran los productos. El Premio del Público del Festival Internacional de Cine de Salónica otorgado a la película macedonia «El ingrediente secreto» del joven director Gorce Stavrevski,las tres obras dirigidas por mí en Atenas, Salónica y Epidauro, conciertos de nuestros músicos, las actuaciones de Stathis Livathinos con el Teatro Nacional de Grecia en el Festival de Ocrida y las de Sophia Spiratou y su compañía de danza, la presentación de producciones cinematográficas griegas en nuestros festivales de cine en Bitola y Skopie, las numerosas visitas de nuestros historiadores de arte y catedráticos a las instituciones griegas, todo esto contribuyó considerablemente a la creación de nuevos canales de comunicación. Las subvenciones y las fundaciones establecidas por los dos gobiernos o por grandes empresas pueden acelerar drásticamente estas actividades y animar a personas y organizaciones a encontrar nuevas formas de cooperación y fomento de la confianza.

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El ministro de asuntos exteriores de Grecia Nicos Kotzias con el mediador de la ONU Matthew Nimetz y el ministro de asuntos exteriores de la ARYM Nicola Dimitrov

¿Cuál obra teatral o cuál escritor podría describir mejor la disputa sobre el nombre?

Mi manera de pensar sobre las tareas, los objetivos y los mensajes del teatro es algo distinta, así que no puedo identificar un título, pieza teatral o tragedia que pudiera describir mejor el momento. Esto también se debe al hecho de que nosotros, como público en general, aún desconocemos las fases y las crisis por las cuales pasaron las negociaciones en estos últimos treinta años. Tampoco conocemos los puntos muertos y los momentos cruciales de los últimos seis a ocho meses o incluso del último día, antes de la firma del acuerdo. Sin embargo, la vida de Matthew Nimetz en esos treinta años, sus esfuerzos y sus propuestas, la conducta de los varios equipos de negociadores que iban cambiándo con el tiempo, los intentos de mediación urgente por parte de los servicios secretos y los grandes poderes, ofrecen una base excelente para una miniserie o incluso para una película.

* Entrevistas y traducción: Lina Syriopoulou

 

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