Paros, una de las joyas de las Cícladas, aparte de sus callejones pintorescos y su movida nocturna, dispone de un importante aliciente para el turismo religioso: se trata de la Iglesia de la Virgen Ekatontapilianí a la cual todos los años acude miles de peregrinos de todo el mundo. Especialmente, el 15 de agosto durante las celebraciones de culto a la Asunción de la Virgen, los filigreses llegan a Paros para venerar la imagen milagrosa de la Virgen con ofrendas y promesas varias, según la tradición pintada por el Apóstol Lucas.

Los turistas descubriendo las hermosas aldeas y el pintoresco paisaje de la isla, se cruzan en cada paso con numerosas capillas tanto dentro de la capital como en medio del campo, en cada colina e incluso en los rincones más insólitos. Historiadores que visitaron la isla antes de la II Guerra mundial observaron que había más iglesias que casas. Hay veces que los extranjeros se sorprenden al ver reuniones de fieles en las misas de esas iglesias, en su gran mayoría de tamaño demasiado pequeño para acoger a tantas personas en su interior. Las misas se celebran todos los domingos; sin embargo, las más solemnes son las del santo patrón de la iglesia al término de las cuales empieza la feria del pueblo durante la cual se ofrece ambundante comida y bebida, es decir una especie de banquete que recuerda los “ágapes” de fraternidad de los primeros cristianos.

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El número excesivo de ermitas y capillas en la isla de Paros resulta de la tradición isleña según la cual cada familia, siempre que sea posible, tiene que fundar y mantener una iglesia dedicada a un Santo. Aunque son privadas, ya que están ubicadas en los límites de una propiedad privada de la familia, el acceso a ellas en regla general no está restringido. Su construcción corresponde al cumplimiento de una promesa a la virgen o al final feliz de infortunios y adversidades acaecidas en la familia o en la poblaciñon local gracias a la ayuda del santo. Siendo Paros una isla de pescadores y marineros, no hay familia que no tenga un miembro suyo dedicado al mar. El Mar Egeo, frecuentemente turbulento y agitado, siempre ha sido motivo de preocupación y desgracias para las familias de los marineros. Su salvación y feliz regreso a tierra siempre ha sido razón fundamental para hacer una ofrenda a los santos.

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Además, históricamente Paros ha sufrido sucesivas invasiones enemigas o de piratas; los locales para protegerse se refugiaban en el interior de la isla, normalmente en las colinas más inasequibles, exhortando a la Virgen o a un santo para protegerlos del enemigo con la promesa de una ofrenda o la construcción de una ermita.

A partir de entonces cada año el día del Santo de la capilla tienen lugar las pertinentes celebraciones de culto, seguidas por el banquete y la feria del pueblo.Las iglesias se limpian y se pintan de blanco para la ocasión, se saca brillo a los candelabros y los iconos, mientras el patio se acondiciona para acoger al público. La puerta central de la iglesia se adorna con ojas de laurel y las ventanas con macetas de flores y albahacas.

agios fokas parosEsta tradición es repetida año tras año por cada generación; además ahí se festejan las grandes celebraciones familiares, como bodas, bautizos, fiestas e.t.c.. La construcción de capillas está en alza constante por una razón de más, algo más práctica, y es que el marco legal permite el suministro de electricidad a las capillas, pretexto que muchos, y sobre toda las constructoras, utilizan para convertir un terreno rústico en urbano.

Independiente de estos chanchullos contemporáneos, la tradición sigue viva en Paros, así como en las otras islas de las Cícladas, y sigue respetada por las nuevas generaciones. Sobre todo durante el verano , cuando hay muchos santos a celebrar y el tiempo es favorable para organizar festejos al aire libre, hay muchisimas fiestas y misas en esas iglesitas. Casi todas son muy bonitas, pero hay algunas que destacan por su enorme belleza en plena armonía estética con el paisaje único del Mar Egeo. No se puede concluir la visita a Grecia sin ver aunque sea una sola de ellas.

 

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