El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y la canciller alemana, Angela Merkel, reunidos el lunes 23 de marzo en Berlín, han decidido romper el hielo entre los dos gobiernos y dar los primeros pasos para fomentar un clima de confianza y colaboración mutuas. En su primer encuentro bilateral, Tsipras y Merkel han manifestado su voluntad política de rebajar la tensión del último mes y desbloquear las negociaciones. 
 
Fue una reunión inusualmente larga (casi cuatro horas) transcurrida en un ambiente “conciliador” y en la que se abordaron muchos temas. Pero, como era natural, la atención acaparó la crisis de la deuda griega, tema en el que los dos líderes han vuelto a constatar sus diferencias. El primer ministro griego cuestionó abiertamente el éxito de las políticas de austeridad impuestas a Grecia, remarcando sus efectos “devastadores” para el país (reducción del PIB de un 25% en 4 años, explosión del paro, graves problemas sociales), y pidió cambiar de receta política comprometiéndose, a su vez, a realizar importantes reformas estructurales. El objetivo de Tsipras no era pedir ayuda económica a Alemania sino a encontrar una solución política de interés mutuo. 
 
 
Por su parte, la canciller alemana pareció compartir el objetivo de que Grecia se fortalezca económicamente y supere sus problemas sociales. Sin embargo, evitó opinar sobre la lista de reformas que debe presentar Grecia y sobre el posible alivio de sus problemas de liquidez inmediatos, remitiendo al Eurogrupo como la institución competente que decide sobre estos temas. 
 
Otro tema, objeto de gran desacuerdo entre los dos países, que se abordó en la reunión fue la reivindicación
 
a Alemania de las reparaciones por la II Guerra Mundial. Es de destacar que por primera vez un primer ministro griego plantea oficialmente este tema ante Alemania. Tsipras dijo que es una cuestión «ética y moral» y es necesario trabajar unidos para «reparar a Grecia por la ocupación nazi», a lo que Merkel respondió que es consciente de las «terribles condiciones que se impusieron a Grecia entonces». 
 
De la mesa de las conversaciones entre Tsipras y Merkel no faltaron otros temas importantes, como la lucha contra la evasión fiscal y la corrupción, las privatizaciones o el escándalo económico de Siemens en Grecia, para lo que Tsipras pidió ayuda a Alemania para “el esclarecimiento jurídico” del tema. 
 
Resumiendo y sin echar las campanas al vuelo, hay que reconocer que el tríptico “Europa, compromisos, perspectivas”, en el que coincidieron ambos mandatarios, marca su voluntad de superar actitudes anquilosadas, recelos mutuos y estereotipos entre los dos países. Es lo que exige su futuro común europeo, es lo que exige Europa. Y este fue el menaje que salió de esta reunión: Europa puede avanzar solo mediante el diálogo y los acuerdos. 
 
 

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