El barrio de Monastiraki es por sí mismo un palimpsesto histórico.  Sus monumentos revelan que desde hace miles de años conviven  en él armoniosamente dos continente, el Occidente y el Oriente, y cuatro religiones: el panteón de los dioses griegos y romanos (Ágora griega y Biblioteca de Adriano), los musulmanes (mezquita de Tsisdarakis), Católicos y Ortodoxos en la misma iglesia de la Virgen Pantánasa y los Judíos, un descendiente de los cuales dio su nombre a la zona, como veremos más abajo.

Pues en el corazón de ese barrio multicultural, cerca de la Acrópolis, está el mercado llamado de las Pulgas, el famoso Yusurúm, un lugar de paso esencial para los atenienses y los turistas en busca de objetos tan variopintos como raros. El mercado comienza en la misma plaza de Monastiraki, justo al lado de la homónima estación de metro.

También se pueden encontrar allí zapatos, zapatillas de deporte, especialmente para los jóvenes que no tienen mucho dinero para visitar los grandes almacenes o comprar las marcas más caras. Durante los momentos de crisis económica, el mercado de Monastiraki era un último recurso. Se podían encontrar allí muchas cosas, sobre todo de vestir, sin tener que gastar una fortuna. Hoy, las cosas han cambiado y a menudo se encuentra ropa de moda que los jóvenes vienen a comprar en busca de su propio estilo.

Cuanto más se avanza en el barrio, el mercado se vuelve más popular y tradicional, llegando así a la Plaza  Abissinias, la cual ha tomado su nombre posiblemente por unos Etíopes que vivían ahí o, según una versión más romántica, porque en este lugar se repartió la ayuda que había enviado Etiopía, en 1922, para los refugiados griegos de Asia Menor.  La plaza está rodeada de pequeñas tiendas de anticuarios; sin embargo,  es los domingos temprano por la mañana que tiene lugar al aire libre un gran mercado de «pulgas», donde  se encuentran dispersos en el suelo los objetos más insólitos, hechos por piezas originales y auténticos.

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El tiempo pasa rápido allí porque te sientes perdido entre los miles de artículos y colores, que hacen difíciles nuestras decisiones. Pequeños muebles, pinturas, libros y revistas, objetos de decoración, platería, bronces, lámparas antiguas, discos de vinilo, espejos, artículos de oficina, de vajilla, colecciones de sellos o billetes de banco antiguos o monedas, en especial la dracma, que ya han entrado en la historia.

Los que lo conocen vienen muy temprano por la mañana en busca de gangas y oportunidades, o incluso de algún objeto raro, valioso o caro que escape a la atención de los comerciantes de antigüedades. Por lo tanto, hay que tener tiempo y buena caza para encontrar su preciado objeto, y sobre todo regatear, porque a veces los descuentos pueden alcanzar el 80% sobre el precio inicial.

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La palabra Yusurúm, que siempre se ha utilizado para este mercadillo de Atenas y que con el tiempo se ha generalizado para todos los demás mercados de pulgas, proviene de la familia judía Yusurúm, que abandonó la ciudad de Esmirna para instalarse en el barrio judío de Atenas en 1863, seguida de otras familias judías. Esta familia de comerciantes inicialmente se ocupó de la costura  antes de pasar, posteriormente, al comercio de ropa usada y más tarde al comercio de antigüedades.

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Etiquetas: Turismo