Tras tres intentos fallidos del Parlamento griego para elegir Presidente, Grecia será conducida anticipadamente a las urnas el próximo 25 de enero. Es lo que establece la Constitución griega en caso de que las tres votaciones parlamentarias fracasen en lograr el consenso requerido para la elección del Presidente de la República. Stavros Dimas, el candidato de la coalición gubernamental, obtuvo en la tercera votación el respaldo de 168 de los 300 diputados, quedando bastante lejos de los 180 necesarios que estipula la Ley Fundamental del país. 
  El pistoletazo de salida a la campaña electoral se dio el 6 de enero. Las formaciones políticas ya han puesto en marcha toda su maquinaria para convencer a los votantes frente a sus rivales, en medio de un escenario que se prevé muy polarizado entre Nueva Democracia, el partido del Primer Ministro saliente Antonis Samarás, y el principal partido de la oposición, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza). 
De cara a estos comicios adelantados todos los sondeos apuntan a una victoria de Syriza, que quiere liquidar una parte de la dueda griega y abolir las condiciones del rescate por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, ninguno de ellos vaticina un triunfo absoluto de la coalición izquierdista, por lo que probablemente tendríamos de nuevo un gobierno de coalición. A pesar de que Syriza lidera desde hace meses todas las encuestas, en las últimas semanas se observa una ligera tendencia a acortar su ventaja ante Nueva Democracia. 
Por la tercera posición pugnan tres partidos: el recien aparecido de corte socialdemócrata, To Potami (El río), los neonazis del Amanecer Dorado y el Partido Comunista de Grecia (KKE), mientras el PASOK -otrora polo fuerte del bipartidismo griego- lucha por su supervivencia tras la escisión protagonizada por su líder histórico y ex Primer Ministro, Yorgos Papandreu, que ha formado su propio partido. Potr último, el partido de la izquierda moderada DIMAR, que por un año formó parte de la coalición del gobierno saliente, así como los Griegos Independientes (ANELL), también lucharían por traspasar el umbral electoral del 3%.

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