La semana pasada fue marcada por las celebraciones conmemorativas del XX aniversario de la muerte de Odiseas Elitis (1911-1996), uno de los principales representantes de la poesía contemporánea griega, galardonado con el Nobel de Literatura en 1979. A tenor de esto, la Fundación de Bellas Artes TELOGLION en Tesalónica presentó una exposición dedicada al universo poético del gran poeta, que ha influenciado y continúa haciéndolo a toda la producción artística contemporánea. Además, trae a la luz un aspecto menos conocido de Elitis, el de creador visual.
Se trata de una muestra que aspira, en medio de los tiempos difíciles que vivimos, de reanimar la moral del público y de fomentar los valores necesarios para la calidad, la inspiración y la perspectiva de un futuro más esperanzador. Es un homenaje al universo poético de Elitis, tal como ha sido expresado en sus poesías, sus creaciones artísticas, las investigaciones artísticas de los creadores de su generación, así como en los creadores contemporáneos que han sido inspirados por la obra del nobelista.
La muestra titulada «El mundo de Odiseas Elitis: Poesía y pintura«, que fue inaugurada por el Presidente de la República Helénica el 18 de marzo, nos propone un viaje al universo del creador articulado en tres partes: La primera se compone de los obras de arte del poeta, a saber manuscritos, sus primeras ediciones, fotos no publicadas, sus collages, temperas y acuarelas, que revelan una dimensión artística única y reflejan la percepción estética del poeta. A continuación, la muestra presenta extractos tirados de ensayos estéticos de Elitis consagrados a grandes pintores y escultores, mientras que la última parte de la exposición reúne a obras de artistas contemporáneos inspiradas en la poesía de Elitis.
En el marco de la exposición se ha programado una serie de actividades para el joven público con el fin de acercar a los jóvenes al “logos” del mundo artístico de Elitis y hacerles comprender la importancia de su poesía como fuente de inspiración para las generaciones de artistas jóvenes.
Odiseas Elitis fue un poeta mundialmente reconocido, siendo traducida su obra en más de 29 lenguas. Se interesó por la poesía a la temprana edad de los 17 años, descubriendo casi al mismo tiempo el surrealismo que despuntaba entonces en Francia. Sin embargo, remodeló las influencias surrealistas de acuerdo con su visión personal poética que combina a la prefección los elementos líricos con la tradición popular griega. Aunque su obra ha estado unida al movimiento del surrealismo, Elitis se diferenció pronto del surrealismo “ortodoxo” que seguían los poetas modernos griegos, excepto Andreas Embirikos, Nikos Engonópulos o Nikólaos Kalas.
Su primera recopilación “Orientaciones” de 1940 está llena de luz y pureza, ganando por méritos propios el sobrenombre de “poeta de la luz”.
Su segunda obra maestra, Axion Esti (Dignum est, en español), apareció tras un largo período de silencio (1959), y está inspirada por sus memorias de la segunda guerra mundial, la ocupación nazi, la resistencia griega y la guerra civil.
Dividida en tres parte con los títulos característicos “Génesis. Pasión y Gloria”, es un elogio a todas la cosas efímeras, las únicas dignas en este pequeño gran mundo. Su teoría poética sobre las cosas queda reflejada en esta obra, como el mismo recalcó ante la Academia Sueca durante la entrega del premio Nobel: “No hablo de lo común y de la capacidad natural de percibir las cosas en sus detalles, sino del poder de la metáfora para captar sus esencias y llevarlas a ese estado de pureza de manera que su significado metafísisco parezca una revelación”. Mikis Theodorakis al poner música a sus poemas logró sacar a Elitis de los ámbitos intelectuales y literarios convirtiéndole en un poeta muy popular. La canción “Sol soberano” llegó a ser una especie de himno nacional para los griegos.
De su vasta obra poética destacan también: «Sol el primero» 1943, «Canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Albania» 1945, «El monograma» 1971, «María Nefeli» 1978, «El pequeño Nautilus» 1984, «Al oeste de la tristeza 1975 y “Elegías de Oxopetra” de 1991.
Frecuentemente llamado poeta del optimismo, negaba constantemente esta definición de su trabajo porque creía que la poesía no es ni optimista ni pesimista; representa un estado del espíritu en el que lo contrario simplemente no existe. Esta poesía es como la naturaleza, que no es ni buena ni mala, simplemente existe”.
Y qué mejor manera de completar este homenaje con uno de sus poemas, “El granado loco” de la colección Orientaciones, traducido Alfonso Silván Rodriguez.
“EL GRANADO LOCO”.
En estos blanquísimos patios , en donde sopla el ábrego
Silbando en arquerías abovedadas, decidme , ¿es el granado loco
Que brinca en la luz esparciendo su risa frutal
Con empeños y susurros del viento , decidme ¿es el granado loco?
Que rebulle con recién nacidas frondas en la alborrada
abriendo por lo alto todos los colores con con estremecimineto de triunfo?
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