Ernest Ziller (1837 Radebeul -1923 Atenas), arquitecto alemán, es el artífice de la “fachada neoclásica” de Atenas. Llevan su firma casi 600 edificios en todo el país, de los cuales la mayoría en Atenas. Ziller desarrolló su trabajo exclusivamente en Grecia, por lo que se puede decir que fue él quien definió lo identidad arquitectónica de Atenas, pero también de otras ciudades provinciales, como Egio, Gytheio y Ermúpoli.

En los primeros años de su estancia en Grecia, Ziller viajó por todo el país para conocer sus tesoros arqueológicos y en 1872 fue nombrado profesor de la Escuela de Artes, precursor de la actual Universidad Politécnica de Atenas. Encargado de diseñar el palacio de verano en Tatoi y luego el palacio del príncipe heredero, Ziller atrajo a las élites de la época que le encomendaron la construcción de sus mansiones y sus villas de verano. Paralelamente, diseñó una serie de edificios públicos y municipales, así como iglesias.
Entre sus obras más eblemáticas destacamos el Teatro Nacional(antes real) de Atenas, los teatros de Patras y Zakynthos (han sido demolidos), el Museo de Olimpia, el Chimío, la iglesia de San Lucas en la calle Patissíon y la Mansión Sliman (hoy Museo Numismático de Atenas), aunque la catalogación completa de todos sus proyectos todavía no ha sido posible.

Respetuoso con la historia y el pasado, procuró mantener en la arquitectura de los edificios públicos el espíritu del clasicismo griego, mientras que en la arquitectura eclesiástica trató de preservar la tradición bizantina.
Finalmente, el hombre que dio techo a toda la burguesía ateniense, él mismo se quedó sin hogar, ya que la mala gestión de sus negocios le llevaron a la bancarrota perdiendo su casa en manos de una gran compañía aseguradora de la época.