En Argólida, en la región del Peloponeso, se encuentran las imponentes ruinas de dos grandes ciudades, Micenas y Tirinto, que destacan el significativo papel que desempeñó la civilización micénica en el desarrollo de la cultura de la Grecia clásica. La civilización micénica se desarrolló en la Grecia continental a finales de la Edad del Bronce (siglo XVI aC). Ambos sitios son, en esencia, testimonio de la continuidad de la cultura heládica inicial, transformada por las influencias minoicas de Grecia. Nuestro conocimiento sobre estos períodos, el primero (alrededor de 1580-1500 a. C.) y el segundo (alrededor de 1500-1400 a.C.), proviene principalmente de las tumbas  de las fosas de Micenas.
 
 
La ciudadela de Micenas, con su posición estratégica para el control de la llanura de Argolis, es el reino del mítico Agamenón y el centro palaciego más rico e importante de la Edad del Bronce Final en Grecia. Se nombró así a una de las mayores civilizaciones de la prehistoria griega, la civilización micénica. Sus mitos, asociados a su historia, a sus gobernantes y a miembros de sus familias (como Clitemnestra, Ifigenia, Electra, Orestes), han inspirado a poetas, escritores y artistas durante siglos, desde la Antigüedad hasta nuestros días.
 
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Según la mitología, Micenas fue fundada por Perseo, hijo de Zeus y Dánae, hija de Acrisios, rey de Argos, descendiente de Danaos. Pausanias el Viajero (2.16.3) menciona que Perseo bautizó a la nueva ciudad Micenas bien porque la empuñadura de su espada (μύκης en griego) cayó allí, bien porque en este lugar se descubrió una abundante fuente de agua, la «fuente de Perseo», debajo de la raíz de un hongo (μύκης en griego).
 
El apogeo de la civilización micénica ocurre durante el tercer período (alrededor de 1400-1120 aC), marcado por la construcción de poderosas ciudadelas y vastos palacios. Hacia el final de este período, los micénicos adoptaron una escritura conocida como Lineal B; la lengua utilizada, una forma primitiva del griego, confirma el origen indoeuropeo de los micénicos de habla griega. Su organización política, una monarquía autocrática cuyo gobernante administraba su territorio mediante una compleja jerarquía de representantes oficiales. Entre ellas, existía una clase específica de sacerdotes y sacerdotisas. El pueblo estaba organizado de acuerdo a un complejo sistema de clases y allí se practicaba abiertamente la esclavitud.
 
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Excavaciones arqueológicas han revelado que el sitio de Micenas estuvo ocupado desde el período Neolítico (alrededor del 4000 aC). Durante el Heládico Medio se desarrolló una necrópolis en la ladera sur de la colina. El palacio, erigido en la cima de la colina, está rodeado por contundentes muros ciclópeos construidos en tres fases (alrededor de 1350, 1250 y 1225 a.C.). Durante la última fase se fortificó también la cisterna subterránea.
 
Se construyeron una serie de tumbas de cámara en las laderas sur y suroeste de la colina durante el período micénico: la llamada tumba de Egisto (circa 1500 a.C.), la tumba de León Tholos (circa 1350 a.C.), la tumba de Clitemnestra. (hacia 1220 aC) y sobre todo el Tesoro de Atreo, construido a cierta distancia de las anteriores.
 
En cuanto a Tirinto (20 km al noreste de Micenas), la mayoría de los asentamientos humanos antiguos datan del período Neolítico. Los restos arquitectónicos más antiguos, en la ciudadela superior, se remontan a principios de la Edad del Bronce (alrededor del 3000 aC). El destino de Tirinto fue similar al de Micenas, durante el gran período de declive de la civilización micénica. Sin embargo, el sitio no fue completamente abandonado hasta el siglo V aC, con la deportación de sus habitantes; la ciudad había perdido entonces todo su poder e influencia.
 
Texto original en francés vía Grèce Hebdo
Traducción al español C.S.
 
 
 

Etiquetas: cultura