El Día Mundial de la Salud Mental, celebrada el pasado 10 de octubre, en un momento en que nuestras vidas se han visto considerablemente alteradas como consecuencia de la pandemia de Covid-19, tiene como objetivo de superar los mitos y los estereotipos negativos, promover la toma de conciencia sobre los problemas de salud mental y movilizar los esfuerzos en apoyo de la salud mental. Con motivo de esa celebración, rendimos homenaje a Yannoulis Chalepas, el escultor más distinguido de la Grecia moderna, cuya historia es casi tan impresionante como su obra.
 
¿Quién hubiera sabido que el escultor griego más importante del siglo XIX, cuya obra ha influido en los jóvenes escultores de Grecia y del extranjero, fuera atormentado por sus demonios internos durante gran parte de su vida?
 
 
Yannoulis Chalepas nació en una familia de tallistas de mármol en Pyrgos (también conocido como el pueblo de Panormos) en la isla de Tinos y decidió estudiar escultura a pesar de que su familia deseaba que se convirtiera en un comerciante. Así, después de completar una educación brillante en la Escuela de Bellas Artes de Atenas (1869-1872) con el escultor neoclásico Leonidas Drossis, continuó sus estudios en la Academia de Munich (1873), con otro escultor neoclásico, Max Ritter von Widnmann, becado por la Santa Fundación Panhelénica de la Evangelistria de Tinos.
 
Chalepas obtuvo el reconocimiento desde el principio, ya que fue uno de esos raros artistas cuya obra ya era madura desde sus primeros años, como lo atestiguan las tres obras monumentales de su primer período creativo que sobreviven intactas, todas ellas caracterizadas por la forma excepcional en que se utilizan las doctrinas del neoclasicismo: Afecto (1835), Sátiro Jugando con Eros (1877) y, sobre todo, la legendaria Figura Femenina Durmiente (1877) que fue colocada en la tumba de Sofía Afentaki en el Primer Cementerio de Atenas.
 
Chal2
 
Yannoulis Chalepas solo tenía 37 años cuando una enfermedad mental llamó a su puerta después de un colapso provocado por sus tendencias perfeccionistas, sus hábitos de trabajo excesivo y el rechazo de su propuesta de matrimonio por la familia de su amor. De hecho, comenzó a destruir algunas de sus esculturas e hizo varios intentos de suicidio. Sus padres lo enviaron a Italia para recuperarse, pero el tratamiento que siguió después demostró que sólo actuaba temporalmente. Después de su regreso a Grecia, empezó a mostrar síntomas de nuevo. Debido al deterioro de su salud mental, los médicos le diagnosticaron demencia en 1888, y el artista fue ingresado en el Hospital Mental de Corfú, donde permaneció en completa inactividad creativa durante catorce años (1888-1902).
 
Tras la muerte de su padre, que parece haber sido el responsable de su confinamiento, su madre lo trajo de vuelta a la isla de Tinos en 1902. Sin embargo, culpando al arte de la enfermedad de su hijo, le impidió trabajar como artista y destruyó cualquier obra que hiciera. Así pues, vivió aislado y despreciado, en una especie de limbo, pastando ovejas y haciendo recados hasta que su madre murió, en 1916.
 
chal3
 
El curso peculiar que tomó la vida de Chalepas no permitió, naturalmente, muchas actividades de exposición de sus obras durante su vida. Sin embargo, tras la muerte de su madre, Chalepas encontró el coraje para empezar la escultura de nuevo. El período 1918-1930 fue un largo período de despertar en el mundo del arte. Sus contactos con los círculos intelectuales de Atenas se hicieron más frecuentes, y el interés del público comenzó a aumentar. Eminentes personalidades del arte lo visitaron, incluyendo a Thomas Thomopoulos, miembro de la Academia de Atenas, y Zacharias Papantoniou, director de la Pinacoteca Nacional de Grecia.
 
En 1925, la Academia de Atenas organizó una exposición de las obras de Chalepas y en 1927 recibió el «Premio a la Excelencia en las Artes y las Letras» de la Academia de Atenas. En 1928, una segunda exposición fue presentada por N. Velmos en el Asilo de Arte (Άσυλο Τέχνης, en griego). En 1930, gracias al interés de su sobrina Irene, Yannoulis se mudó a Atenas, donde pasó los últimos años de su vida, hasta su muerte en 1938, en un ambiente de admiración general que, sin embargo, apenas notó, ya que luchaba desesperadamente por recuperar el tiempo perdido en su obra.
 
chal 4
 
A pesar del hecho de que Yannoulis Chalepas había estado aislado durante años de todos los desarrollos que tenían lugar tanto en la escultura griega como en la europea, sus obras están a menudo en sintonía con las búsquedas vanguardistas del expresionismo, el cubismo y el surrealismo. La antigüedad griega sigue siendo su principal fuente de inspiración, mientras que al mismo tiempo elaboraba composiciones que habían sido iniciadas antes del comienzo de su enfermedad.
 
Más específicamente, se identifican dos fases en la producción creativa «post-sanidad» de Chalepas. La primera corresponde a los años de rehabilitación en Tinos, de 1918 a 1930, durante los cuales no utilizó ningún tipo de encuadre ya que quería expresarse con absoluta libertad. La segunda fase abarca los últimos años de su vida, de 1930 a su muerte en 1938, durante los cuales se expresó con un estilo completamente diferente, instintiva y espontáneamente, basado en sus ansiedades y experiencias internas. El sueño, la imaginación y la realidad no conocen fronteras en las obras de Chalepas de la fase «post-sanidad». Se convierten en vasos comunicantes. La continuidad del tiempo y el lugar queda abolida. Según  palabras del propio Chalepas:
 
«El nuevo [viejo] Chalepas ha superado al viejo [joven]»
 
Parece que su enfermedad mental, su soledad, su silencio y su dolor se convirtieron en el taller secreto del que surgió ese nuevo Chalepas.
 
Texto original en inglés vía Greek News Agenda
 
Traducción:C.P. 
 
 
Lea más en Panorama Griego

Etiquetas: cultura | escultura