Bañada por las aguas maravillosas y por el sol esplendoroso del Mar Jónico, Parga, muestra con orgullo su belleza alucinante.

Se trata de una ciudad costera, muy pintoresca y aunque situada en la región de Epirus al noroeste de Grecia, se parece a una isla.  Construida en forma de anfiteatro, rodeada por montañas y olivos. Su paisaje único atrae a visitantes de todo el mundo, mientras dispone de infraestructuras modernas y lujosas, constituyendo un destino cosmopolita y muy popular para los turistas.

A lo largo de su historia por la región habían pasado venecianos, otomanos, franceses y británicos que han dejado su huella profunda en la identidad del lugar.

Exactamente enfrente del puerto se encuentra la isla de la Virgen María. Es un lugar con vegetación abundante. Allí, hay una capilla pequeña y los restos de una fortaleza de la época medieval.

Junto al mar, hay muchas tiendas con objetos de atresanía, restaurantes y bares. La ciudad cuenta con un laberinto de callejones estrechos y con sus casas coloridas y empedradas exuda una atmósfera de tiempos remotos.

Emblema de Parga es su castillo, en lo alto de una colina, construido por la población como defensa contra piratas invasores.

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La vista panorámica desde la cima hasta las islas jónicas de Paxos y de Antipaxos es fascinante.

Además, en Parga existen algunas de las playas más bellas del país. “Krioneri”, a sólo algunos metros del centro, y “Valtos” a sólo 2 km de la ciudad, son unas de las más populares. Playas de arena, con aguas turquesas, organizadas, donde se realizan también actividades deportivas acuáticas. En la playa “Licnos” hay dos cuevas marítimas por discubrir. Además hay muchas playas para quienes deseen la tranquilidad.

(C.S) 

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