El antiguo Teatro de la isla de Milos se abrió la semana pasada al público tras haber sido concluidas sus obras de restauración. Aunque la mayor parte de la construcción permanece todavía enterrada bajo tierra, se considera entre los teatros mejor conservados de las Cícladas. Construido en un lugar estratégico y privilegiado, el teatro se levanta en las faldas de una montaña con vistas al mar, lo que le confiere una acústica excelente. 

Se trata de una obra de la época romana (I-IV s. a. C.) que en su época de resplandor era una construcción ostentosa de una capacidad de 8.000 espectadores; el edificio de la escena (skené) se componía de dos plantas y su fachada presentaba un relieve ornamental extraordinario, con muchas esculturas de mármol. Es considerado como una relevante muestra representativa de las construcciones teatrales de su época, con características que encontramos en los teatros romanos o romanizados de las provincias orientales del Imperio Romano y que derivan directamente de las del teatro griego.

El teatro deja de funcionar en el siglo IV a. C. Sin embargo, sus edificios siguen utilizándose como residencias o talleres hasta finales del siglo VI y principios del VII d. C., habiendo sufrido sucesivas modificaciones hechas a base de los elementos estructurales del monumento.

Fue descubierto en 1735, cuando un transeúnte casual, el monje jesuita Nicolás Sarrabat, recorriendo la isla reconoció rastros de una antigua orquesta; acto seguido abrió “agujeros” en la periferia teatral y localizó tres series de gradas de mármol.

Los primeros trabajos excavatorios empezaron en 1816 por el arquitecto alemán, Carl Haller von Hallerstein, quien a continuación compró el teatro por cuenta del heredero y, más tarde, Rey de Baviera Luis I. Este último había visitado la isla de Milos en 1836 y ordenó una nueva excavación donando el monumento a su hijo Otto, Rey de Grecia.

Pero las excavaciones sistemáticas no empiezan que en 1990 y duran hasta 1995. Fueron realizadas por los servicios arqueológicos de las isla Cícladas y trajeron a la luz el resto del “koilon”, la orquesta, parte del edificio de la skené, así como la puerta lateral de la parte oeste.

Durante la era contemporánea, el teatro ha formado parte de la vida cultural de la isla desde 1930 hasta 2000, fecha en que dejó de funcionar debido a una serie de factores naturales. En 2009 se puso en marcha un vasto proyecto de rehabilitación, que terminó hace unos semanas entregando al público el teatro completamente restaurado y adecuadamente rehabilitado.

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