Unos hallazgos localizados en el puerto del Pireo traen a la luz las ruinas de una antigua base naval que posiblemente haya jugado un papel decisivo en el desenlace final de la épica batalla naval de Salamina (480 a. C.), según aseguran los equipos arqueológicos que realizan excavaciones en la zona, compuestos por arqueólogos de la Escuela de Estudios Humanitarios de la Universidad de Copenhague y sus colegas griegos.
 
Los estudios científicos de la Universidad aseguran que la base naval estaba bien fortificada y disponía de un espacio capaz de albergar a centenares de trirremes. La localización de los vestigios era muy difícil ya que se encontraban enterrados por debajo de las aguas de pesca y los yates de la actual marina de Zea. Los arqueólogos fueron guiados, en 2010, por un pescador quien les indicó un punto en el que de pequeño pescaba sentado sobre una antigua columna.
 
 
 
“Algunos días la visibilidad por debajo de las aguas no llegaba siquiera los 20 centímentros; las condiciones de los trabajos eran verdaderamente difíciles”, explicó el profesor de la Universidad de Copenhuague, Bjørn Lovén, a la cabeza del equipo que desde 2001 está a la búsqueda de instalaciones navales antiguas en el puerto del Pireo.
 
Han sido localizados seis hangares que protegían las naves cuando estas no operaban en alta mar; dichos hangares eran sostenidos por unos pilares de 1,4 x 1,4 metros, mientras su altura alcanzaba los 8 m. y el ancho los 50, dimensiones que inducen a pensar que se trataba de una de las más grandes bases navales del mundo antiguo.
 
SALAMINA
 
Los científicos apoyan que esta base naval fue “la llave” del desenlace del combate, cuando las naves griegas comandadas por Temístocles se enfrentaron a la potente flota persa de Jerjes en los estrechos de Salamina, en el año 480 a. C., obteniendo una de las mayores victorias contra el imperio persa. Los arqueólogos creen que las dos terceras partes que participaron en la batalla operaban desde esta base.
 
La Democracia ateniense se basó en su flota, la cual en su apogeo llegó a contar 400 trirremes con 80.000 hombres que operaban desde el Mar Negro hasta el Delta de Nilo patrullando 150 ciudades costeras e insulares a la sazón colonias atenienses. Al parecer, en la actual marina de Zea existía una terrible maquinaria de guerra. La construcción de dicha base naval fue construida bajo órdenes de Temístocles quien, diez años después de la batalla de Maratón (490 a. C.), comprendió que había que impulsar el poder naval de Atenas. Por consiguiente, fue Temístocles quien captó y materializó esta ingeniosa operación defensiva frente a la amenaza persa basada exclusivamente en la potencia naval. 
 
 

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